El local tiene que reflejar el modelo de negocio, el concepto, el público al que va dirigido y el servicio.
¡Ya lo has hecho! Ya has decidido que vas a poner en marcha tu bar o restaurante. Y ahora, ¿qué? ¿Por dónde empiezo? ¿Qué decisiones son las más importantes? ¿En qué no me puedo equivocar? Lo primero es no empezar la casa por el tejado y ¡sí! Aunque resulte obvio, a veces es necesario recordar que uno de los primeros errores que se cometen es no acertar ni con el tipo de local ni con el emplazamiento. Entonces, ¿qué criterios hay que tener en cuenta para decidir la ubicación de un bar o restaurante?
“Hay que tener claro cuál es
nuestro modelo de negocio.”
Cuando pensamos en nuestro primer local, (o el segundo o el tercero) es necesario hacer una reflexión sobre el modelo de negocio que deseamos poner en marchar porque es el que determina las características de cómo va a ser y de cómo se va a expresar y relacionar nuestra empresa. Aquí es donde suele surgir el problema: no tenemos claro cuál es nuestro MODELO DE NEGOCIO.
Puntos sobre los que reflexionar:
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Clientes
Tenemos que tener muy claro a quién nos vamos a dirigir. Hay que identificar a ese cliente más allá de su edad y su género. Tenemos que saber cómo es, qué hace y cómo piensa. Donde esté ese cliente es donde tiene que estar nuestro negocio. Ya tenemos delimitada el área, la ubicación.
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Concepto gastronómico y servicio
Llega el momento de definir y diferenciar nuestras ofertas: ¿Qué vamos a vender? ¿Va a ser un restaurante clásico o un bar de pintxos? ¿El servicio va a ser in situ, delivery, ambos? Es importante saber de antemano la respuesta a todas estas cuestiones para reflexionar sobre dónde nos vamos a colocar y cuál va a ser nuestra ubicación estratégica. En este aspecto es importante saber que en hostelería la cercanía de la competencia no es un inconveniente.
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Producto
A continuación hay que definir qué actividades vamos a llevar a cabo nosotros mismos y cuáles vamos a subcontratar: qué tipo de producto vamos a tener, qué proveedores, cuántos proveedores, ¿vamos a cocinar todo el producto en la cocina o vamos a contar con producto de IV y V gama? En base a esto habrá que pensar qué almacén vamos a necesitar, qué tamaño tiene que tener, cuántas cámaras vamos a requerir, etc.
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Gestión
Continuando con la reflexión, la siguiente pregunta que nos podemos hacer es si vamos a encargarnos de gestionar nuestro local y en ese caso si vamos a necesitar una oficina. Si la respuesta es afirmativa, tendremos que encargarnos de generar ese espacio. Con esto vamos perfilando qué zona de trabajo vamos a necesitar.
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Recursos
Nuestros recursos son tanto las personas como el equipamiento del local, por lo que en este caso, habría que tener en consideración las siguientes cuestiones: ¿Cuántas personas necesito para desarrollar mi concepto, para gestionarlo, para ponerlo en marcha? ¿Cuánto espacio necesitan esos trabajadores para poder funcionar? ¿Vamos a utilizar una cocina tradicional o una de ensamblaje para ser más productivos y más escalables? ¿Qué maquinaria necesito? ¿Cuánto espacio necesita esa maquinaria? Las respuestas a estas preguntas nos siguen dando pistas sobre las características que va a necesitar nuestro local.
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Experiencia usuario
El objetivo de nuestro local es crear valor para nuestros clientes desde la propia experiencia en el espacio hostelero. Una vez que hemos hecho el dibujo de la zona de trabajo y del equipamiento en base a nuestro concepto, llega la hora de pensar en el usuario. Hay que tener muy claro qué recorrido queremos que haga nuestro cliente cuando entre en el local, qué queremos que vea y que no vea, cómo queremos que sea ese espacio. Todo eso lo tenemos que tener pensado y diseñado de manera que podamos descartar posibles locales que no estén alineados con nuestra estrategia.
“No existen locales malos,
sino locales en ausencia de reflexión.”
Resumiendo, no existen locales malos, sino locales que no se adaptan a modelo de negocio. Entre los criterios para la elección del local hay que tener en cuenta los gustos, necesidades y manera de actuar del público objetivo, también hay que tener muy claro cuál va a ser el concepto gastronómico y cómo se va a servir. No hay que olvidar cómo y dónde se va a elaborar el producto, el espacio que vamos a necesitar para almacenarlo y también cuántas personas van a trabajar en el local. Una vez hecha esta reflexión tendremos una guía sobre qué tipo de local necesitamos y cuál sería la ubicación ideal.
Esperamos que estos consejos para elegir la ubicación de tu negocio te ayuden a construir unos buenos cimientos para empezar ‘la gran aventura’ de poner en marcha un negocio hostelero. ¡Ánimo!